Eduardo Castro
La
Justicia tiene una deuda con los trabajadores argentinos. Por muchos años los
sindicatos funcionaron como ciudadelas, fortalezas inexpugnables donde se
producen todo tipo de irregularidades, arreglos e incumplimiento de los
estatutos para perpetuarse en el poder, atropello a los derechos de los
afiliados y aguantadero de personajes siniestro que tuvieron su apogeo en plena
dictadura militar, actuando como personal civil de inteligencia como es el caso
de Gerardo Martinez de la (UOCRA) y el dirigente Ferroviario Julio Adolfo Sosa
(La Fraternidad) que tuvieron protección e impunidad durante el Gobierno de CFK
y en la actualidad del Ingeniero Mauricio Macri. Hoy en día cumplen la función
de mantener controlada, coptada toda iniciativa democrática y gesto de
oposición a la directiva nacional.
Los Rostros de la impunidad
La
complicidad en los negociados, compra de material obsoleto, vaciamiento de la
empresa Ferrocarriles Argentinos, la falta de mantenimiento y su posterior
desenlace en la tragedia de Once, donde no se tuvo en cuenta la pata sindical de
los cuales el principal responsable fue el desaparecido Subsecretario de Transporte
Ferroviario Guillermo Luna y el Presidente de la ADIFSE José Nicanor
"Sopletero" Villafañe que tenían bajo su órbita toda la
infraestructura y material ferroviario que se chatarreo y que el Mo-Na-Fe
denunciara en su oportunidad en la Provincia de Entre Rios.
Como
broche de oro fue el secuestro del tren el Gran Capitán, el domingo 13 de
noviembre del 2011 que fuera un día atípico para los trabajadores de Trenes
Especiales Argentinos (TEA) y para los representantes de los trabajadores de La
Fraternidad, tal es el caso de Domingo y Sebastian Aba, el padre enseñándole como
se trabaja al nene, al estilo del far west secuestrando una formación ferroviaria
y mientras los trabajadores esperaban
comenzar su viaje de regreso a Buenos Aires (Federico Lacroze), los dos
anteriormente mencionados, modificaron el recorrido del convoy que estaba
preparado para trasladar más de 1000 pasajeros, estos individuos, luego de
trasladar la formación por lugares inhóspitos, se detuvieron en el paraje Casa
Pava, en la Provincia de Corrientes. Ante la sorpresa de los empleados de la
empresa TEA que se vieron privados de su libertad durante horas; los
mencionados personajes, descendieron de la formación, se subieron a una 4 x 4 y
abandonaron a toda prisa el lugar, asegurándose previamente de inutilizar la
locomotora y dejarla peligrosamente cruzada sobre una vía en la que transitan
trenes cargueros, quedando la formación abandonada y sin posibilidad de
desplazamiento alguno, y así conseguir que se le fuera sacado el permiso de concesión
a la empresa que daba trabajo a más de 100 trabajadores, de entre ellos también
maquinistas que estos personajes le debían preservar la fuente laboral y con
esta acción lo único que consiguieron fue la quita de los servicios de
pasajeros, favoreciendo a las empresas del transporte automotor.
Pero
eso no fue todo, estos personajes a pesar de haber sido procesados y pagado una
suculenta multa que por sus medios no podrían haber costeado, gozan de total
impunidad y el respaldo de la cúpula de La Fraternidad y de su Secretario
General Omar Aristide Maturano quien no hace mucho iso alarde de no tener mucha
paciencia, pero sin embargo se la viene bancando bien estoicamente la supresión
y quita de servicios, cierre de ramales encubiertos, sin haberse pronunciado en
contra, provocando inseguridad laboral que necesita para mantener a la tropa y
opositores históricos encuadrados.
Desde
el Mo-Na-Fe reclamamos a los organismos judiciales y de DD.HH la investigación de
los Sindicatos y en especial La Fraternidad por el caso Julio Adolfo Sosa por
haber sido personal civil de inteligencia durante la última dictadura militar y
tener en nuestro rubro casi 100 desaparecidos, la complicidad en los negociados
de la compra de material ferroviario obsoleto a Portugal, España y el
chatarreo, vaciamiento de la empresa Ferrocarriles Argentinos y las aperturas
de cuentas en el exterior por directivo de La Fraternidad durante el gobierno
kirchnerista y que fuese cerrada en el tiempo en que los directivos y socios de
La Fraternidad fueran sacados de lugares estratégicos en las empresas
Ferroviarias por el entonces Ministro de Transporte Florencio Randazzo.
No
podemos más que sospechar que todo esto fue una maquinaria de corrupción bien
aceitada y entrega del patrimonio nacional, que se podría caratular como asociación
ilícita para estafar al Estado Nacional, gozando de la impunidad que representan
los fueros.
Prensa:
Movimiento Nacional Ferroviario