Este 13 de
febrero se cumplieron 30 años de la huelga ferroviaria del 91.
Los
trabajadores desde el 89 y 90, veníamos observando con preocupación que se
comenzaban a poner en práctica las recomendaciones surgidas de los informes del
Banco Mundial, de achicar y liquidar los ferrocarriles. En 1990 se dio el pase
compulsivo a la DGI de más de 1500 trabajadores pertenecientes al gremio del
Personal de Dirección, intentando desguazar el ferrocarril desde la cabeza. Al
mismo tiempo el laburante iba perdiendo el sueldo por la inflación y
particularmente los ferroviarios estábamos muy mal.
En ese
contexto llegamos al primero de febrero de 1991, cuando nos reunimos en la
Seccional Kilómetro 1 del Roca, en Constitución para decidir el plan de lucha.
Se decidió un paro de 24 horas el 5 de febrero. El paro fue espectacular, un
parazo.
Ahí Menem
dijo: “los quiero a todos en la calle”. Propusimos un paro por 48 hs para el 13
y 14 siguiente, con la posibilidad de declararlo por tiempo indeterminado si el
gobierno cumplía con la amenaza de cesantear a los “rebeldes”. Todo era
decidido en asamblea y plenarios. En total paramos 27 seccionales de La
Fraternidad, 4 de señaleros y 2 de la Union Ferroviaria. Pero después empiezan a
caer las cesantías. Ahí comienza entonces la huelga que se va a sostener
durante un mes y medio.
Una de las
características fue que estuvo encabezada por una conducción joven,
antiburocrática. La asamblea le daba mandato a un delegado y se participaba en
los Plenarios de seccionales ferroviaria, que muchas veces se realizaban en
clubes o grandes salones, con tribunas de trabajadores que defendían posiciones
y se expresaba esa verdadera democracia. Era expresión de la base.
Fue
durísimo, pero se resistió y se aprendió mucho. Los locales de las seccionales
empezaron a llenarse y se logró modificar la lógica a la que siempre apuntó la
burocracia, que era la de un paro como un día dominguero, donde el laburante lo
toma como un feriado. Ahora los compañeros venían y nos organizábamos porque
veíamos que podía ser para largo. Había comisiones que garantizaban desde la
comida y los medicamentos, hasta la atención de los compañeros y las familias
que podían llegar a quebrarse o convertirse en carneros a partir de la presión
y las promesas de la burocracia.
Es
importante resaltar el papel de las mujeres y las familias en la huelga, porque
además de que no se puede ir a la lucha sin el apoyo familiar, se trata de un
gremio machista, donde casi todos los trabajadores son hombres, entonces fue
fundamental la participación femenina en la primera línea de las tareas y
actividades.
Al cabo de
15 o 20 días ya había más de 2000 despidos y a nadie le extrañaba encontrarse
con el telegrama cuando llegaba a su casa. Llegaron a haber más de 80
seccionales en huelga y el 95% de los ferroviarios estuvo en paro.
El 28 de
marzo se realizó un plenario en Santos Lugares donde se votó la aceptación de
la nueva propuesta ofrecida por el gobierno, que reconocía a los delegados y
reincorporaba a los despedidos. La huelga se levantó formalmente en Plaza de
Mayo junto a compañeros que estaban en huelga de hambre y de Las Madres de
Plaza de Mayo en su tradicional ronda de los jueves.
Volvimos al
trabajo el 29 de marzo y fueron los
compañeros cesanteados los que manejaron las locomotoras. Del reclamo
salarial que originó el paro se logró un aumento varias veces superior al
logrado por otros gremios, fue entre el 70 y el 100%. Fue un triunfo obrero.
Para
finalizar queremos reivindicar esta huelga que marco un hito junto a la de
nuestros abuelos, padres, madres y antecesores en la que fue protagonizada por
ellos en la huelga del 61 contra el Plan Larkins, en la que se paro en defensa
de los FERROCARRILES ARGENTINOS y nosotros contra de la política neoliberal del
menenismo que hoy se siguen profundizando.
De aquellos dirigentes ferroviarios
que protagonizaron aquella Gesta, nunca más pudieron volver a trabajar en el
ferrocarril, los grupos económicos, la oligarquía gobernante y sindical nunca
les perdonaron a los trabajadores referentes ser la conducción alternativa de
lucha contra las políticas de privatizaciones, entrega y vaciamiento de una de
las empresas más estratégica del país, marcando un referente a los trabajadores
de los otros gremios que participaron y se plegaron en defensa de las empresas
del Estado.
Uno de los
referentes que se destacaron en aquella huelga fue nuestro compañero Roberto
Vecchi Secretario y vocal de la Comisión Ejecutiva de la Fraternidad y en la
huelga, fue Secretario de Actas de la Seccional Haedo de la Linea Sarmiento,
también participo de la huelga de hambre en Plaza de Mayo junto a otros
compañeros, el mismo recopilo todos los datos acontecidos y los plasmo en una
obra literaria que debería ser utilizado como manual de cabecera y estudio para
los futuros dirigente sindicales de todos los tiempos, que lo titulo
FERROCARRILES ARGENTINOS: CRONICA DEL SAQUEO Y LA RESISTENCIA, que se encuentra
en stock en librerías y distribuidos por los integrantes del Movimiento
Nacional Ferroviario (Mo-Na-Fe), hoy en día nuestro compañero Roberto Manuel
Vecchi tuvo que emigrar a Brasil por falta de oportunidades laborales en el
país.
Parte de la historia contada por Leonardo Sechi quien fuera delegado de la seccional Tolosa del Roca
Esta
historia continuara......
Prensa
Mo-Na-Fe