domingo, 12 de febrero de 2012

El negocio de Roggio estaba en los subsidios de Metrovias


'El negocio de Roggio está en las subsidiarias de Metrovías'



Lo dijo la economista Romina Kupelian.


Corría junio de 1990 cuando el ex presidente Carlos Menem comunicaba que la red de subterráneos de la ciudad de Buenos Aires sería privatizada. El Grupo Roggio, rápido de reflejos, creó la empresa Metrovías en los primeros meses de 1991 y ganó la licitación con holgura. A partir del 1 de enero de 1994, el holding comenzó a explotar comercialmente el servicio público y lo seguirá haciendo hasta 2017, con la facultad de prorrogar el acuerdo por otros diez años si la autoridad de aplicación no impugna la actuación de la empresa.
Gracias al acuerdo firmado en noviembre de 1993, Roggio pudo quedarse con cinco líneas de subtes más dos ramales de Premetro que comprendían 47 kilómetros de vías, 85 estaciones, 500 coches y casi 300 millones de pasajeros.
La explotación de este servicio le permitió al directorio de la firma distribuir dividendos entre sus accionistas por 150 millones de pesos, según el balance 2010, y el año pasado, sólo en concepto de subsidios recibió 826 millones.
Pero hay otras ganancias, cuyos balances no son públicos.
El acuerdo firmado con el gobierno menemista faculta al Grupo Roggio a explotar comercialmente los locales, espacios y publicidad en las estaciones, coches e inmuebles. Además, le permite hacerse cargo de la seguridad, la limpieza y la comunicación de la misma entre otro cúmulo de tareas. Esto motivó que el holding creara empresas de cada rubro. De esa manera, el Grupo Roggio, concesionario del subte, es el que contrata a una empresa del mismo conglomerado para hacer la limpieza -Taym-, o para custodiar los andenes -Cía. Metropolitana-, para hacer las comunicaciones -CPS-, y así sucesivamente en cada ítem que se vaya recorriendo a las que se puede agregar Metronec (tarjeta Monedero y sub concesionaria para alquilar locales y publicidades en estaciones), Ferrometro, Traditum, Metroline y Cía. Latinoamericana.
Romina Kupelian, economista del Cefidar (Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina), ha investigado a la firma y detalla algunas de sus lógicas: "Lo que usualmente hace Roggio es aumentar el gasto de Metrovías en concepto de pagos a empresas de limpieza, seguridad y otros rubros. El alto nivel de esas erogaciones, al mismo tiempo que favorece a las empresas del grupo, es la excusa que tiene Roggio para pedir mayores subsidios al Estado. Si el gobierno de turno se niega comenzará a amenazarlo con un ‘inevitable' aumento en la tarifa que padecerán los usuarios para costear ese aumento del gasto". Hace dos años, esta situación fue denunciada por los trabajadores de la empresa de limpieza Taym en el marco de un conflicto laboral. Los empleados señalaban que la firma concesionaria del aseo en el subte facturaba cifras millonarias pero que ellos no tenían ningún aumento salarial.
"El colmo ocurrió en 2002 -agrega Kupelian-. Ese año, gracias a la ley de emergencia económica que eximía de algunos gastos a las grandes empresas, Metrovías decidió no realizar tareas de mantenimiento de sus vagones, algo que exigían los fabricantes de los coches por razones de seguridad. A pesar de ello, Metrovías pidió un aumento de los subsidios para paliar ‘gastos de mantenimiento de vagones' que en realidad no tenía."



Lo cierto es que fruto de aquella negociación que hizo con el Estado a principios de los 90, el Grupo Roggio es dueño del 91 por ciento de la acciones y del 97 por ciento de los votos. El Grupo creó en 2007 la BRT (Benito Roggio Transporte), una firma que le permite absorber no sólo la explotación de las líneas de subte sino también el Premetro, la línea ferroviaria General Urquiza, ser parte de la operatoria de las ex línea Roca, San Martín y Belgrano Sur, comercializar el Tren del Este de Puerto Madero, además de estar al frente del proyecto para hacer una red de subterráneos en la ciudad de Córdoba.
Fuente: Diario Z

FRANCISCO YOFRE REDACCIÓN Z

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