A Julio Sosa le decían el “varón del Tango”. Sin embargo este popular cantante que murió muy joven en la década del 70 en un accidente de tránsito nada tuvo que ver con su homónimo de La Fraternidad , quien parece haber “cantado” otro tipo de estrofas al servicio de inteligencia de la Fuerza Aérea.
Un oficio parecido al que tenía el actual titular de la UOCRA , Gerardo Martínez, quien perteneció durante años al batallón 601 de inteligencia del ejército. Un “modus operandi” de muchos sindicalistas que se mantienen “infiltrados” en los cuerpos orgánicos de los sindicatos.
Revista 23 acaba de publicar una extensa nota en la que habla del pasado y presente de Julio Sosa, uno de los máximos dirigentes de La Fraternidad , el gremio de los maquinistas ferroviarios:
Corre abril del 2011, es otoño en Londres y Julio Adolfo Sosa está en la sede central de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF): expone sobre la falta de inversiones en el sector ferroviario.
Está junto al secretario general del sindicato La Fraternidad , Omar Maturano, en representación de los conductores de trenes argentinos. El auditorio –hay líderes gremiales de diversas nacionalidades– no se imagina su pasado. Varios de sus compañeros de vías tampoco.
Ni siquiera lo sospechaban muchos de sus detractores. Pasaron 32 años y apenas hoy, gracias a la desclasificación de los archivos reservados de la última dictadura militar ordenada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al aporte de denuncias anónimas, se revela un secreto muy bien guardado: Sosa, secretario Gremial y de Interior del gremio La Fraternidad y miembro del Comité Ejecutivo de la ITF , fue personal civil de inteligencia de la Fuerza Aérea entre 1979 y 1980.
Tras el impacto mediático que generó la semana pasada el affaire Alfano-Massera y la posibilidad de que la ex modelo y actriz se haya beneficiado con bienes expropiados por la represión ilegal, esta revista suma un nuevo caso que refleja la vinculación civil con las fuerzas represivas de la dictadura.
Los documentos de Estado de la dictadura militar desclasificados en enero del 2010 son elocuentes. En el archivo sobre el Personal Civil de Inteligencia que ha revistado en la Fuerza Aérea en el período comprendido entre el 1º de enero de 1976 y el 31 de diciembre de 1983, se lee: “Sosa Julio Adolfo, DNI 12.205.023” , y se observan dos cruces en los años ’79 y ’80.
Las firmas del brigadier general Normando Costantino, jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea , y de la entonces ministra de Defensa –hoy al frente de la cartera de Seguridad–, Nilda Garré, acompañan los escritos.
Según se desprende del estatuto del Personal Civil de Inteligencia, las tareas que Sosa pudo haber realizado son: a) funciones o tareas contribuyentes al cumplimiento de la misión específica de inteligencia; b) de maestranza y servicios, y c) funciones o tareas directamente vinculadas con el cumplimiento de la misión específica de inteligencia.
El histórico militante obrero Juan Carlos Beica fue secretario general del gremio de Señaleros –que se encuentra dentro de la rama de los ferroviarios– y fue despedido durante el menemismo. En conversación con Veintitrés, el ex ferroviario, de 56 años, contó que “Sosa es de la misma camada que yo. Lo que recuerdan muchos compañeros que vienen de esa época es que entró en el año ’79 y que siempre estuvo la sospecha de que hiciese inteligencia para la dictadura”.
Sobre la actuación de Sosa en esos años, Beica, también dirigente de Convergencia Socialista, señaló: “Aunque estábamos en dictadura, era una época donde se empezaban a hacer asambleas de nuevo. Él iba a todas, por lo que es muy probable que haya tenido mucha información, estaba en posición de conocer a todo el activismo”.
Además de Beica, otros ex ferroviarios –que no quisieron dar sus nombres por temor– también coincidieron en que Sosa ingresó a La Fraternidad en el mismo año que aparece como PCI: 1979, cuando tenía 23 años.
Desde entonces el actual dirigente supo acomodarse y hacer carrera hasta llegar a la cima de su gremio. Hoy representa a los maquinistas en el Ministerio de Trabajo ante cada problema que tengan y ostenta altos cargos a nivel regional e internacional.
El secretario Gremial y de Interior de La Fraternidad también se desempeña como secretario general de la Asociación del Congreso Panamericano de Ferrocarriles, es miembro del comité ejecutivo de la ITF y presidente de la sección ferroviaria para Latinoamérica y el Caribe de la misma organización, según lo estableció la regional América, en el 2009, cuando realizó la composición del Comité Interamericano en su Conferencia Regional en la ciudad de Panamá.
Así, por ejemplo, se lo pudo ver disertando en el seminario sobre “Los sindicatos del transporte y el cambio climático en América latina” que la ITF organizó entre el 21 y el 23 de febrero de este año, en Buenos Aires. También es vicepresidente de la sección ferroviarios de la ITF a nivel global, donde secunda al noruego Øystein Aslaksen.
Según la página de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte, “son miembros de la ITF más de 779 sindicatos, que representan a más de 4,6 millones de trabajadores del transporte de más de 155 países. La ITF es una de las federaciones sindicales globales, que forman parte de la Confederación Sindical Internacional (CSI)”.
No todo se reduce al mundo sindical. Sosa también encaró un emprendimiento empresarial en abril del 2003, cuando creó la firma Proyecto Sol S.A., dedicada al transporte –explotación de remises, taxis, minibuses y otros medios de transporte de pasajeros y carga; al comercio –compraventa de inmuebles incluida–, y a actividades financieras.
Sus socios en esta empresa reflejan sus aceitados contactos en el sector ferroviario: figuran Omar Maturano, secretario general de La Fraternidad ; Felipe Misiani, quien estuvo vinculado a Transporte Metropolitano Roca S.A., y Antonio Guillermo Luna, subsecretario de Transporte Ferroviario –que depende de la Secretaría de Transporte de la Nación –, ex maquinista, quien fue mencionado por la querella en el expediente que investiga el asesinato del militante del PO Mariano Ferreyra a manos de una patota sindical que respondía al líder de la Unión Ferroviaria , José Pedraza.
Veintitrés intentó contactarse con Sosa pero no logró ubicarlo en ninguno de sus teléfonos. En La Fraternidad repitieron que “no estaba” y no sabían cuándo volvía. En diálogo con esta revista, Juan Carlos Cena, autor del libro El Ferrocidio, afirmó que en el ámbito ferroviario desaparecieron unas 90 personas durante la última dictadura militar.
En esta nueva etapa que se abre, quizá Sosa tenga algún dato que aportar. Ya es tiempo de justicia.
Se descorre el velo
El caso de Julio Adolfo Sosa, secretario Gremial y de Interior de La Fraternidad , que aparece como Personal Civil de Inteligencia de la Fuerza Aérea durante la última dictadura militar, se suma al del secretario general de la UOCRA , Gerardo Martínez, quien también figura como PCI entre 1976 y 1983 pero en el Batallón de Inteligencia 601, del Ejército.
Si bien Martínez se desligó de las acusaciones, la Justicia dio curso a la denuncia en su contra ya que hay elementos suficientes que ameritan una investigación sobre su desempeño en los años del terrorismo de Estado.
En el marco de este expediente, el 30 de agosto pasado, Víctor Amarilla, obrero de la construcción que denunció el rol de Martínez, fue golpeado por una patota a la que identificó con la UOCRA. Amarilla también es uno de los principales testigos en la causa en que se investiga el asesinato del militante del PO Mariano Ferreyra, que derivó en la detención de José Pedraza –secretario general de la Unión Ferroviaria – y Cristian Favale.
Fuente: Revista 23
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