El traspaso de la Secretaría de
Transporte a la órbita del Ministerio de Interior despierta los rumores acerca
del futuro de Julio De Vido. Pierde fuerza mediática la protesta de “el campo”.
El Gobierno de Cristina Fernández consigue
impulsar una noticia de orden ministerial en la cartera porteña: el traspaso
de la Secretaría
de Transporte, que estaba bajo la órbita del Ministerio de Planificación de
Julio De Vido, a la cartera de Interior, dirigida por Florencio Randazzo. La Presidenta acapara la
atención por informar la novedad en cadena nacional y, por otro lado, están
atentos a la conformación de un ente tripartito entre Nación, Provincia de
Buenos Aires y Ciudad Autónoma, que tiene como objetivo “compartir gastos” en
lo que se refiere al mantenimiento de los transportes.
Mariano Verón le pone la firma a la nota
central que presenta hoy La
Nación en lo más alto de su portada: “Le sacan a De Vido el
área de Transporte”. Entiende que la medida, que representa una “fuerte señal”
de la Presidenta
“hacia el interior de su gabinete”, se conoció en un “acto sorpresivo y cargado
de hermetismo previo” y que “esmeriló el poder de De Vido”. Mariano Obarrio
expone que es “Un intento de oxigenar la gestión y frenar la crispación”,
subraya que Randazzo ganó un “inesperado protagonismo” y especula sobre una
posible “salida” de De Vido.
Clarín abre la sección “El País” con el
“sorpresivo anuncio” y el cintillo “la crisis del transporte”, que recorre tres
páginas. En la nota “Cristina le quitó Transporte a De Vido y se lo pasó a
Randazzo” aclara que se “vislumbra una pérdida paulatina de poder de De Vido”,
que el pase significa “un espaldarazo” para el titular del renombrado
“Ministerio de Interior y Transporte”, y que todo se da en medio de la “crisis
del transporte, agravada por la tragedia de Once”. Antonio Rossi, además,
subraya: “Buscan transferir a Scioli y Macri el costo de las subas de boletos”.
A diferencia de sus colegas, Página/12
edita que la Jefa
de Estado justificó que De Vido “ya tenía demasiadas tareas con la recuperada
YPF”. Además, advierte que Randazzo indicó que la prioridad será el sistema
ferroviario metropolitano.
El Cronista, que también habla de
“sorpresivo” traslado, apunta que la “jugada” puede leerse como una “nueva
quita de poder” a De Vido, pero anota que Cristina Fernández “suavizó” la
decisión al justificar que el ministro se abocará a una “tarea diferente tras
la incorporación del 51% de las acciones de YPF”. Al mismo tiempo, subraya que
Planificación “perdió el manejo de $ 35.000 millones” en subsidios.
Por otro lado, Ámbito prevé que el “cambio”
puede implicar “nuevos realineamientos en el gabinete nacional” y que el
“desguace” en Planificación puede significar una “salida pacífica” de De Vido,
que se ha “replegado” por el “ascenso de la juvenilia K que encarna Axel
Kicillof”.
Cobra fuerza la visión de los distintos
analistas. Carlos Pagni, en La
Nación , cree que el “despojo” de De Vido se interpreta como
“El fin del nestorismo” y que el tema del ente tripartito es una “estrategia
correcta” de la
Presidenta. Eduardo Van Der Kooy anuncia que por la cabeza
del titular de Planificación “pasa la posibilidad de la renuncia” y recuerda la
“declinación” de su “poder”, desde el momento en que la Presidenta irrumpió la
“torrentosa incorporación de La
Cámpora y las organizaciones sociales”. Analía Argento, en El
Cronista, apunta que la “mesa de coordinación” del transporte fue recibida en
el sciolismo como una “buena señal”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario